- Un 18,5% de las personas atendidas en Proyecto Hombre son mayores de 50 años.
- Si ponemos el foco en la mujer, nos encontramos con que el 70,4% de las mujeres que atendemos en esta franja de edad (mayores de 50 años) acuden por problemas con el alcohol. El alcohol es, desde hace años, la sustancia principal por la que atendemos a las mujeres en Proyecto Hombre.
- En 2022 las dos sustancias que siguen acaparando la mayoría de las demandas de tratamiento entre las personas que atendemos son la cocaína (38,3%) y el alcohol (37,4%) como primera sustancia. Hablamos de más de 6.900 personas con relación al alcohol.
La Asociación Proyecto Hombre presenta hoy el Informe 2022 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno.
El informe 2022 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento refleja que el incremento de la edad de las personas que acuden a la entidad solicitando ayuda ha sido constante.
“En Proyecto Hombre un 18,5% de las personas atendidas son mayores de 50 años. Desde 2013, la edad media ha aumentado de los 36 años hasta los casi 40 que nos encontramos en 2022. La sustancia principal por la que este perfil solicita ayuda es el alcohol”, explica Jesús Mullor, director del Observatorio de Proyecto Hombre.
Desde la entidad sostienen que esto se debe principalmente a dos razones: la cronicidad de la adicción que sufren tras años de consumo prevalente, así como el envejecimiento general de la población.
“Las personas con problemas de adicción al alcohol tardan más tiempo en pedir ayuda porque el consumo de esta sustancia está totalmente normalizado. Es una droga socialmente aceptada, por lo que la persona con problemas de adicción tarda más años en presentar severidad, solicitar asistencia y su adicción se cronifica”, añade Mullor.
Atender a estos perfiles supone un reto para la entidad y la necesidad de iniciar un debate sobre cómo enfocar el abordaje de las adicciones en personas de la tercera edad o sobre temas como por ejemplo cómo llevar a término la inserción sociolaboral y familiar de personas que ya no deban o puedan trabajar, y/o tengan movilidad reducida.
“Es necesario adaptar nuestras respuestas a la propia naturaleza dinámica de esta sustancia y de los perfiles que nos encontramos. Reformular nuestros procesos, la atención que ofrecemos, cómo trabajamos con ellos la reinserción laboral, adaptar sus propuestas de ocio y tiempo libre saludable, intensificar su tutela médica…” explica Fernando González, experto de la Comisión de Evaluación de la Asociación Proyecto Hombre.