La inserción sociolaboral de personas con adicciones no es solo una cuestión de empleo, es una apuesta por la dignidad, la autonomía y la inclusión. El Proyecto INSOLA (Integración SocioLaboral para personas con problemas de adicciones) es una iniciativa financiada por el Fondo Social Europeo que tiene como objetivo facilitar la incorporación al mercado laboral de personas en proceso de rehabilitación, ofreciéndoles una segunda oportunidad real.
Desde su lanzamiento, el Proyecto INSOLA ha transformado la vida de miles de personas en situación de vulnerabilidad. Solo en su primera fase (INSOLA 1), más de 4.600 personas se beneficiaron de un itinerario de inserción adaptado a sus necesidades, desarrollado por un equipo profesional en 20 centros especializados.
¿Cómo funciona INSOLA?
El programa se estructura en tres grandes fases:
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Orientación inicial, donde se evalúa cada caso y se diseña un Plan Terapéutico de Inserción SocioLaboral personalizado.
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Formación prelaboral, centrada en el desarrollo de habilidades sociales, personales y profesionales.
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Orientación especializada, enfocada en la empleabilidad y el contacto con el entorno laboral real.
Estas etapas están diseñadas para acompañar a cada persona en su proceso de recuperación y adaptación a la vida activa, no solo laboralmente, sino también desde un enfoque familiar y social.
Mucho más que cifras
INSOLA no es solo un programa de empleo: es un modelo de intervención integral que entiende la reinserción como un proceso global. Se trabaja la motivación, las habilidades sociales, el sentido de responsabilidad y la autoestima. El empleo no es el fin, sino el medio para que cada persona recupere el control de su vida.
El impacto de INSOLA va más allá del número de contratos: supone un cambio estructural en la vida de quienes participan. Invertir en inserción sociolaboral es apostar por una sociedad más justa, solidaria y cohesionada.
