El alcohol se considera una droga legal de consumo. Comúnmente aceptada en las sociedades occidentales, se trata de un ingrediente tóxico de bebidas fermentadas y destiladas. ¿Qué efectos y consecuencias tiene?
Alcohol y sus consecuencias, un consumo peligroso al alcance
El alcohol es una de las sustancias adictivas y legalizadas de consumo más habitual. Actúa con efecto depresor sobre el Sistema Nervioso Central, provocando la inhibición progresiva de nuestras funciones cerebrales.
Además afecta al autocontrol, provocando en primer lugar una sensación de euforia y seguidamente desinhibición, por lo que el alcohol puede ser confundido a menudo con un componente estimulante.
El componente primordial de las bebidas alcohólicas es el etanol o alcohol etílico, que tiene diferente concentración en relación de su proceso de elaboración. Según el Ministerio de Sanidad en su Plan Nacional sobre Drogas, las bebidas alcohólicas pueden clasificarse en:
- Fermentadas: son aquellas bebidas naturales desarrolladas de forma exclusiva desde la fermentación de ingredientes como la uva, los cereales, los frutos carnosos o las bayas. En este grupo nos encontraríamos el vino, la sidra y la cerveza, con una graducación de alcohol que oscila entre los 1,2º y 14º.
- Bebidas alcohólicas espirituosas o destiladas: son todas aquellas bebidas conseguidas por destilación de productos fermentados, por maceración en alcohol etílico o por adición de aromas, azúcares u otros productos edulcorantes al alcohol etílico o destilados, así como el resultante de las mezclas con otro tipo de bebidas para obtener mayor concentración de alcohol, superando la misma los 15º. Ejemplos de ello tenemos el orujo, el pacharán, el vodka, el whisky, el ron o la ginebra.
¿Qué se considera alcoholismo?
Podemos observar ciertos indicios que nos alertan de un posible consumo problemático de alcohol. Debemos considerar una situación de alcoholismo cuando se produce:
- Pérdida de control del consumo.
- Beber en ayunas o beber en situación de mucha tensión.
- Recaída en el consumo eludiendo sus efectos negativos.
- Problemas familiares, sociales y laborales.
- Olvidos y despistes.
- Pérdida de conciencia de la realidad y negación.
¿Cuándo una persona es «alcohólica»?
Se puede considerar que una persona tiene problemas con el alcohol cuando algunos de los puntos anteriores se produzcan de manera continua en su vida cotidiana. Es decir, cuando dicho individuo no pueda controlar el consumo de alcohol y éste esté integrado entre sus hábitos frecuentes, interfiriendo por tanto de manera negativa en su día a día, en su conciliación familiar, imagen social y/o laboral y por supuesto, en su salud. No sólo afectará a nivel físico, sino también a nivel psicológico.
Síntomas de una persona alcohólica
Como ya se ha mencionado, el alcohol afecta a dos niveles: físico y psicológico. En este último aspecto, uno de los síntomas más notables que haremos referencia es que el alcohol anula la capacidad de la persona para desarrollarse por sí misma con normalidad, incapacitándola a la hora de decidir cuándo beber y si debe según la situación en la que se encuentre.
Por tanto, una fuerte dependencia del alcohol hace perder gradualmente la propia conducta de la persona y su autocontrol.
De acuerdo a Proyecto Hombre, pueden surgir los siguientes síntomas ante una persona «alcohólica»:
Tolerancia
Es la necesidad de incrementar la cantidad o dosis de alcohol consumida, para conseguir los mismos efectos que se experimentaban antes de que el organismo entrase en contacto de manera repetida con el alcohol. La tolerancia hace aparición porque el organismo se habitúa a la presencia del alcohol en los tejidos.
Abstinencia
La abstinencia tiene relación a una reacción que se produce tanto en el cuerpo, como en la capacidad mental, cuando se pausa o decrece el consumo. La abstinencia acostumbra manifestarse entre las 12 horas y los 2 ó 3 días siguientes a la reducción del alcohol en los tejidos, tras haberse mantenido un consumo prolongado de grandes proporciones del mismo. Entre los síntomas de abstinencia pueden darse: ansiedad, insomnio, temblores, elevada sudoración, nauseas, disminución del estado de conciencia, etc.
Problemas con el alcohol
La persona con problemas con el alcohol se considera aquella que bebe por encima de los límites considerados como «consumo moderado», tomando de referencia 100 gr. de alcohol por semana, viéndose impedida de auto controlarse ante un consumo creciente. Cada vez que se superan dichos límites, se entiende que se somete al organismo a sufrir una serie de efectos negativos a su funcionamiento y en paralelo, provocando una mayor dependencia y de otros problemas derivados de salud a causa de su efecto tóxico en el cuerpo.
Por tanto, el alcoholismo puede tratarse de enfermedad al impactar ésta en el equilibrio personal de quien consume y la padece, a su libertad como individuo, así como en su salud en un sentido amplio, a causa de una fuerte dependencia del alcohol. Y como tal, necesitará un tratamiento y terapia adecuados para llevar a cabo la recuperación de la manera más óptima.
Tipos de alcoholismo
Hay diferentes tipos del alcoholismo, así sea para aplacar o anestesiar tensiones o problemas emocionales:
- La persona que necesita beber día tras día, aunque no llegue a la intoxicación.
- La persona que bebe de manera intensiva y período de tiempo breves, pero manteniendo la abstinencia durante una temporada larga.
- La persona con el problema de no poder parar una vez que comienzan a beber, denominados «dipsomaníacos».
- La persona que muestra un problema de consumo crónico de alcohol, con secuelas orgánicas derivadas del consumo, como cirrosis hepática, diabetes y otras enfermedades.
Es complejo determinar una sola causa que provoque el alcoholismo, la prueba sugiere que es la suma de numerosos causantes la que va a determinar que una persona se convierta alcohólica:
- Cantidad y frecuencia de consumo.
- Edad de inicio.
- Sexo.
- Predisposiciones genéticas y/o familiares.
- O patologías hereditarias.
Esto no supone que se determine una causa-efecto, debido a que los causantes ambientales son escenciales para llegar a saber un que existe un problema relativo al alcoholismo. Además, existen características psicológicas que se relacionan con este problema, tales como:
- Baja tolerancia a la frustración.
- Inseguridad en las relaciones sociales y personales.
- Altas expectativas sobre las propias capacidades personales.
- Baja autoestima.
- Soledad del emigrante.
- Etc.
Por su parte, además existen trastornos psiquiátricos que se correlacionan con el consumo de alcohol, como la fobia social, psicosis de tipo paranoide, modificaciones del estado de ánimo, otros problemas de adicción, problemas laborales y económicos a causa del estrés.
Aunque existe evidencia de pacientes alcohólicos de todos los escenarios académicos y clases sociales, es más predominante en aquella población de ingresos de bajo nivel, así como en nuestra sociedad, donde existe un tradicional cultura del alcohol que hace que su consumo sea de fácil accesibilidad y por tanto, generadores con mayor probabilidad de problemas de adicción futuros.
Consecuencias del consumo alcohol
El consumo desmedido de alcohol da lugar a una serie de consecuencias negativas, principalmente a tres niveles: sobre nuestro organismo, secuelas psicológicas y consecuencias sociales.
El alcohol y el organismo
El consumo de alcohol puede provocar consecuencias en cuanto a:
- Disminución de la actividad neuronal de nuestro Sistema Nervioso.
- Toxicidad sobre el tejido del corazón.
- Alteración de la nutrición por la reducción de vitaminas.
- Alteración de la conducta sexual por falta de la libido, produce atrofia muscular y progresiva debilidad.
- Trastorno Alcohólico Fetal, que en este caso perjudica a los bebés.
Secuelas psicológicas a causa del consumo de alcohol
Como consecuencias psicológicas, podemos citar:
- Delirium Inducido por Alcohol (Delirium Tremens).
- Demencia persistente inducida por alcohol.
- Trastorno amnésico persistente inducido por alcohol.
- Encefalopatía de Gayet-Wernicke.
- Encefalopatía de Korsakoff.
- Trastornos psicóticos inducidos por alcohol.
- Alucinosis Alcohólica.
- Celotipia Alcohólica.
- Trastorno del estado de ánimo inducido por alcohol.
- Trastorno de ansiedad inducido por alcohol.
- Trastorno del sueño inducido por alcohol.
- Trastorno sexual inducido por alcohol.
- Trastornos de la función eréctil.
- Disminución de la fertilidad en la mujer.
El consumo de alcohol a nivel social
El alcoholismo también produce consecuencias en la persona con la sociedades a causa del indebido consumo, entre las que podemos destacar:
- Accidentes de tráfico con víctimas.
- Conflictos familiares.
- Problemas laborales.
- Situación económica inestable.
- Aumento de la comisión de delitos.
Ayuda para tratamiento del alcoholismo en Almería
En Proyecto Hombre Almería desarrollamos una labor que se divide en diferentes programas de ayuda para personas con problemas de adicción al alcohol, cada cual persiguiendo objetivos específicos.
Nos guiamos a través de un enfoque biopsicosocial, de manera que abordamos la adicción desde una perspectiva biológica, psicosocial y social, con la figura de la familia como punto de apoyo y persiguiendo un objetivo común: devolver la maduración, crecimiento y autonomía a cada persona para que pueda seguir avanzando en su vida.
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